25/12/08
23/12/08
Marxismo
19/12/08
Solsticio antepenúltimo

12/12/08
El auxiliador mágico

11/12/08
Homenaje a Soseki, a todos los alumnos de la muerte

WWW: Telaraña mundial

10/12/08
Haztelo mirar!!!

Gracias
8/12/08
Compras de navidad anticipadas
Me he enamorado otra vez de tu Hijo

3/12/08
Aunque la mona...

30/11/08
Usa protector solar (en el exterior)
Te veo

Dios nos da ese átomo del Sol que permanece en nuestro corazón por un tiempo haciéndolo latir.
Tiempo de Adviento
Llamamos tiempo de Adviento a las semanas que preparan la celebración de la Navidad, en la que recordaremos el nacimiento de Jesús, que tuvo lugar en Belén. Pero el nacimiento de Jesús según la carne es a la vez anuncio y promesa de su retorno al final de los tiempos como Señor y Cristo, para llevar a cumplimiento las promesas de una vida sin término, una vez superada la muerte por la resurrección. Como cristianos hemos de vivir esperando este encuentro con Jesús que, sin duda alguna acaecerá, si bien no sabemos ni cuándo ni cómo. Esta incertidumbre en cuanto al momento da más valor a la recomendación de Jesús: Mirad, vigilad. Velad, no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Pero no es fácil hablar de una segunda venida de Jesús en este momento en que incluso se cuestiona su primera venida. En efecto, un discurso de este tipo suena extraño, cuando no claramente inútil, para el hombre de hoy, que vive preocupado por las necesidades de nuestro angustiado mundo. Porque la humanidad experimenta cada vez más insistente el clamor de tanta gente que, en muchos países y en contra de su voluntad, viven en la miseria, la opresión y la violencia; se va adquiriendo conciencia de como el hombre está abusando de la misma naturaleza, poniendo en peligro la estabilidad del ambiente vital. Ante estas y otras urgencias aparece como desprovista de valor una invitación a esperar una segunda venida de Jesús.
Porque aparece muy claro que Jesús no vendrá a resolver, sin que nosotros hagamos ningún esfuerzo, los problemas que tenemos planteados. Todo lo más cabría decir que el anuncio de la venida de Jesús podría ser un acicate para que los hombres asuman el ingente trabajo que supone hacer más justo y humano el mundo en que vivimos.
Ciertamente ninguno de nosotros por si sólo es capaz de cambiar las cosas, pero no por eso dejamos de tener una cierta responsabilidad en lo que ocurre alrededor nuestro. Muchos son en realidad los que trabajan para resolver los problemas de la humanidad, pero por desgracia son también muchos quienes, cómodamente arrellanados en su mediocre suficiencia y gozando de lo que tienen a su alcance, se olvidan de los hermanos que sufren, que necesitan y esperan ayuda.
Los hay incluso que, olvidando la triste realidad de nuestro planeta y las exigencias que entraña, se aturden con ruidos, placeres, drogas y alcohol, sin preocuparse de que la realidad siga deteriorándose. Jesús vendrá, un día nos encontraremos cara a cara con él, el cual nos preguntará cómo hemos administrado los bienes que nos han sido confiados, para hacerlos fructificar.
Al hablar de este encuentro con Jesús conviene evitar toda descripción capaz de suscitar temor y miedo. Sería desconocer el mensaje propio de nuestra fe cristiana hablar de un Dios temible que ha de juzgar y condenar con rigor. El mensaje propio, característico de la Buena Nueva anunciada por Jesús, es que Dios es amor, y, como dice San Juan de la Cruz, cuando comparezcamos ante su presencia, en el último encuentro, seremos examinados sobre el amor: se nos preguntará como hemos amado, como hemos vivido el mandamiento nuevo que nos ha dejado Jesús: Amaos unos a otros como yo os he amado.
Es el amor que ha de espolearnos a trabajar para que reine la justicia, para establecer la paz, para ayudar a los que sufren, para cumplir con los compromisos con el mundo y la sociedad, y de este modo proclamar, no sólo con palabras que vuelan, sino con hechos y ejemplos, que el amor de Dios nos ha salvado, nos ha hecho hijos suyos y nos llama a vivir en su Reino por siempre. Por esto escuchamos agradecidos la invitación de Jesús: Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento. Velad, no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos
26/11/08
Último día
25/11/08
Justicia
Prudencia
24/11/08
Estar en el centro
Una maestra de preescolar estaba observando a los niños de su clase mientras dibujaban. Ocasionalmente se paseaba por el salón para ver los trabajos de cada niño. Llegó donde había una niña que trabajaba diligentemente, y le preguntó qué estaba dibujando. La niña replicó:
- Estoy dibujando a Dios.
La maestra se detuvo y dijo:
- Pero nadie sabe cómo es Dios.
Sin pestañear, y sin levantar la vista de su dibujo, la niña contestó:
- Lo sabrán dentro de un minuto.
23/11/08
Verdad

Desoyendo vuestras peticiones incluyo más poemas del desaparecido Yesi Solís, aprovechando que ahora ya no se puede quejar si varío las condiciones del contrato que nos unía. Ahora el dueño soy yo, y por fin los criterios de publicación serán los míos! Malquetepese, Corto.
_________
Cuando, agotado, llegó la noche
Un suave aullido quebró el silencio
Un murmullo de amor y pizca de dolor
Un susurro en mi oído interior
Una veta de mineral en la ladera norte
Un ascenso fugaz hacia Orión
Un silencio, una voz
Qué humano suena el lamento de mi voz
Cuando ya creía perdido el tiempo del amor
Belleza
TAL VEZ
Tal vez no importe nada
el deslizarse hacia atrás
siempre que se haga con la suficiente
velocidad.
Siempre será mejor
que arrastrarse
hacia delante
(hacia una meta
que en cualquier caso no existe)
Henry Parland
20/11/08
Bien
19/11/08
18/11/08
Terapias psicológicas y falta de ética profesional

La regla de la abstinencia, se debe a que el paciente debe encontrar en la cura, el mínimo posible de satisfacciones sustitutivas de sus síntomas, a fin de transferir las cantidades de libido, liberadas por la cura, a la situación terapéutica. A su vez el terapeuta, por norma, no debe satisfacer las demandas (incluidas las eróticas) del paciente ni desempeñar los roles que éste tiende a imponerle.
La neutralidad es una recomendación técnica estrictamente referida a la cura, y se dirige más a la función, que a la persona real del terapeuta, que como exigencia debería borrarse como individualidad psicosocial (actitud sin memoria y sin deseo, Bion; silencio del terapeuta, Nasio), abandonando su lugar como sujeto, como persona, con sus valores e ideales, para encarnar un lugar que facilite la expresión del paciente.
Remite a diferentes aspectos:
Neutral en cuanto a los valores, ideales y consejos (dirigir la cura, no al paciente).
Neutral en cuanto al discurso del analizado (no privilegiar o desatender prejuiciosamente contenidos).
Neutral con respecto a las manifestaciones transferenciales (no entrar en el juego del paciente).
En relación ahora a los marcos normativos propios, a la Ética y Deontología que son propias de nuestra profesión, nos encontramos con, por ejemplo, jurisprudencia propia y comparada.
Podríamos acudir también a otras instancias de consultas idóneas; específicas; representativas; a fin de contrastar las respectivas definiciones y caracterizaciones normativas, a propósito de abuso profesional; por ejemplo:
El nuevo art. 119 del Código Penal (citado por Viar, J.P.), define la figura base de abuso sexual, en relación a nuestro tema, “cuando mediare abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa [como pueden ser las dificultades de discernimiento de sentimientos en un/a paciente con depresión], no haya podido consentir libremente la acción”. Las acciones resarcitorias, además de la posible condena penal, podrían corresponder (por daños y perjuicios) no sólo a la víctima sino a los familiares, incluido el cónyuge, si lo hubiera.
Por ejemplo, en el Código de la Asociación Psicoanalítica Argentina aparece:
Art. 5.- Coacción: condena el abuso de poder del analista);
Art. 6.- Contacto sexual: sanciona el contacto sexual con los pacientes).
Código de la Asociación de psicólogos de Buenos Aires (APBA):
4.05-6: (...) se prohíbe la intimidad sexual con pacientes actuales; y la terapia con partenaires sexuales anteriores.
1.12 a) y b): (...) se refiere a no entrar en situaciones de explotación, por abuso de autoridad (incluye estudiantes y supervisados).
Código Asoc. Psic. Americana, EEUU (APA), (ver en Serroni Copello, pág. 17, definición de abuso; pág. 11, A 7-5-6):
(...) Explícita y taxativamente condenan el abuso profesional; alertan sobre el peligro de relaciones dobles; y prohíben relaciones sexuales con actuales o anteriores clientes, hasta que hayan pasado dos años de la finalización del tratamiento.
La opinión académica de los psiquiatras (Consejo Mundial de Río, 1993; cit. por Bespali) condena, para los psiquiatras y psicoterapeutas, el contacto sexual con pacientes y ex-pacientes de modo permanente, por entender que los elementos transferenciales no se extinguen con el tiempo.
- Como dijo un colega: No olvides que los depredadores también existen.