12/12/08

El auxiliador mágico




Este es un concepto de Erich Fromm. De lectura muy recomendada su Miedo a la libertad. Y para reflexionar largamente. 

Gaudiosa, siempre tan oportuna y sugestiva, ha publicado en su blog (http://gaudiosa.blogspot.com/ ) una cita de este autor que os recomiendo leer para contextualizar este artículo. 

Yo he querido hacerle un pequeño comentario y me ha salido esto:

Fromm y sus genialidades. Tú y las tuyas.

Es asombroso el nivel de comprensión de las dinámicas del inconsciente individual y colectivo.

Si, también en lo colectivo funciona este masoquismo de pueblos que en su pequeñez renuncian a su identidad entregándose a la voluntad totalitaria de un individuo o grupo salvador.

Todos los que tienen vocación o experiencia de ayudar a los demás saben que uno de los principales riesgos y peligros es el trato con aquellos que no quieren sentir el peso del self, del yo o del ego. Entran en contacto con cualquiera que se ofrezca a aliviarles de su carga no asumida. Tratar terapeúticamente con tales individuos es sumamente enriquecedor por el reto que suponen. Lo necesitan todo, lo piden todo, pero no se les puede dar todo pues equivaldría a minusvalorarlos o estancarlos en su debilidad transitoria. 

Hay que tratarlos con todo el amor pero sin creerse su autoescapismo. 

Hay reconocerles su debilidad y su fortaleza. 

Hay que mostrarles su juego y nuestra libertad para no ser su juguete. 

Si no hacemos eso, si nos creemos su entrega, su renuncia, sus demandas, estamos siendo cómplices de su estancamiento.

Y hacerlo es ser victimas de nuestra propia vanidad, de creernos precisos, incluso imprescindibles, de creernos con las soluciones a la vida ajena. 

Y ahí también atrapados quedaríamos, porque no son peores que nosotros. Son nuestros hermanos y hermanas en su propia fase de su propio proceso. 

Dignos de respeto y de comprensión. Dignos de ser amados por sí mismos y por nosotros. Sin superioridades ni displicencias, por muy sutiles que se nos quieran colar.

¡Ah, qué difícil es ayudar sin pringarse el ego! 

Pero es posible. Es parte de nuestro propio proceso de aprender a ser padres, madres, hermanos e hijos del resto de la humanidad. 

Alejando las fantasías evasivas de la responsabilidad de avanzar en el proceso de la individuación previo a las etapas transpersonales.

Pero esa es otra historia...
 
 

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