
Aunque el fundamentalismo se vista de New Age, fundamentalismo se queda.
Pareciera que sólo hubiera fundamentalismo en ámbitos determinados, cuando la experiencia nos dice que todos podemos ser fundamentalistas en algún entorno o momento de nuestras vidas.
Por eso es importante el criterio sobre lo real, más allá de las apariencias o discursos. Volvemos en estos temas al punto central de los radicalismos fundamentalistas y de todos aquellos que se creen en posesión de la verdad absoluta: el totalitarismo.
Porque el totalitarismo se justifica en la posesión de la verdad, en el utilitarismo de los medios en función de los objetivos y en las buenas intenciones.
A partir de ahí viene la intolerancia, toda clase de manipulaciones y la falta de responsabilidad por los propios actos.
En definitiva, el reino de la sombra. Psicológica y moral.